La Fábrica de Cal, en la Cruz Cubierta

Valencia Sólo un niño vio las masacres de la Rambleta y sólo él pudo indicar el lugar exacto en el que cientos de valencianos fueron ejecutados por no compartir las ideas de sus verdugos. Fue junto al horno de cal que había en la Rambleta, con las piedras procedentes de la voladura de la Cruz Cubierta como paredón. Sin embargo, «pese a ser un lugar histórico de valor incalculable, está a punto de desaparecer», tal como ayer denunciaron Matías Alonso, ex concejal del PSPV y coordinador del grupo para la recuperación de la Memoria Histórica de la Fundación Societat i Progrés, y Luis Ramírez, coordinador de la plataforma Acció Pel Patrimoni. Para evitarlo, requirieron al Consell Valencià de Cultura la emisión de «un informe rápido que paralice la demolición del lugar por cuestiones patrimoniales -el horno data de 1878- y por la carga histórica, de carácter universal, que tiene, puesto que fue un lugar utilizado para ejecutar a al menos un millar de personas de ambos bandos contendientes en la Guerra Civil y, por eso, debería ser un memorial en recuerdo de todas aquellas víctimas».